Aprendiendo buenas características: Ser perseverantes y cuidadosos.

Parecería una combinación que se da por hecho se debe tener, sin embargo en el camino hacia el cumplimiento de nuestros sueños una u otra puede fallar, sobre todo cuando se nos presentan obstáculos y falsas oportunidades.
Por ejemplo, hemos sido perseverantes al grado de llevar nueve años de ahorro para poder hacer realidad el tener una casa propia o bien el poner un negocio que nos permita ser nuestros propios patrones, ya estamos cerca de lograrlo posiblemente estamos solo a un año de llegar al monto deseado y entonces se nos presenta alguien con una propuesta de negocio extraordinaria y le soltamos nuestros ahorros, mismos que perdemos porque se trataba de una estafa.
En esos momentos perdimos el ser cuidadosos, el estar atentos y quizá la ambición nos nubló el pensamiento, era tan atractiva la propuesta que si se hacía realidad no solo tendríamos la casa sino también el negocio y un auto, y todo esto en unos cuantos meses.
Es probable que no haya sido la ambición, tal vez un exceso de confianza en la persona que nos hacía la propuesta pero aun con ello nos agarraron dormidos, nos tomaron por sorpresa en nuestros cinco minutos de tontos, nos mareo algo que de ninguna manera esperábamos, incluso el día anterior pudimos haber recibido una advertencia pero por alguna extraña razón nos desconcentramos al estar inmersos en la palabrería de un experto estafador.
Pero también pudimos haber estado cansados de esperar a que llegara el plazo, alguien dirá que para lo que faltaba no era concebible desesperarse, esto es, has ahorrado por nueve años y cuando solo te faltaba uno, en lugar de continuar con lo que ya sabías que funcionaba te arriesgaste a lo desconocido, sin embargo solo el que lo hace sabe del sacrificio que representa y cuando se presentó una oportunidad de acelerar el proceso se trató de aprovechar, en este caso sería la falta de perseverancia la que arruinaría todo.
Jesús nos dejó esta enseñanza, nos dejó más que claro que son necesarias tanto la perseverancia como el cuidado y atención, esto es que no nos debemos dar por vencidos hasta llegar a la meta, pero que debemos estar constantemente alertas velando, porque siempre habrá peligros que nos quieran hacer perdernos, siempre habrá personas que pretendan engañarnos aun en el último momento y siempre tendremos en nosotros mismos esas voces internas que traten de manipularnos para claudicar o acelerar los tiempos debidos.
En el Evangelio de Marcos 13:30-39 encontramos esta enseñanza, aquí algunos versículos:
Mar 13:5-6 “5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.”
Mar 13:13 “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
Mar 13:21-23 “21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. 22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos. 23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.”
Mar 13:29 “Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.”
Mar 13:33 “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.”
Mar 13:35-37 “35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36  para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.”

Dios les Bendiga.

Aprendiendo buenas características: Entender lo efímero de los bienes materiales y tener nuestro corazón limpio de toda codicia.

No existe bien material que no sea efímero, que no sea perecedero, puede durar aun millones de años pero llegará a su fin, o en un momento dado será transformado como lo dice la ley de la conservación de la masa y la teoría de la relatividad, a final de cuentas un bien como lo conocemos, jamás será eterno.
También podríamos decir que no podemos poseer eternamente un bien aunque durara millones de años, porque nuestra propia vida en esta tierra es perecedera, por lo que un bien cambiará de dueño al morir nosotros.
Es realmente importante que entendamos esta característica de los bienes materiales, para poder trascender en la espiritualidad, es justamente cuando lo entendemos que tenemos una mejor y mayor comprensión y valoración de la espiritualidad.
De otra manera nos mantendremos en los afanes de la vida, mismos que son motivados por la fascinación que algunos bienes materiales nos causan al tenerlos frente a nosotros, porque quien no siente una atracción inexplicable por el oro, las piedras preciosas o los lujos y comodidades de una mansión o de un auto ultramoderno, porque una cosa es verlos inalcanzables y otra muy distinta el no desearlos o no admirarlos.
Cuando el Señor Jesús dijo que buscáramos primeramente el reino de Dios y su justicia, se refería justamente a que nuestro enfoque debe estar en la espiritualidad que es eterna y que si lo lográbamos entonces lo material sería añadido, hablando de lo material al punto más básico que es el alimento y el vestido, pero si buscar lo básico ya es un afán que distrae, cuanto más lo que es lujo o comodidad.
En las escrituras encontramos este pasaje:
Marcos 13:1-2 “1 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios. 2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.”
Este pasaje normalmente es usado para citar la predicción por parte de Jesús de la destrucción del templo, pero algo que a mí en especial me llama la atención es la expresión de admiración del discípulo cuando dice: “Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.”, y quien no habría expresado tal fascinación si el templo era majestuoso, como lo dice Josefo:
“Ahora bien, la fachada exterior del Templo no carecía de nada que pudiera sorprender la mirada o el pensamiento de los que la contemplaran. Estaba cubierta totalmente de planchas de oro de gran peso; y al amanecer reflejaban un esplendor como de fuego, y obligaban a los que se atrevían a mirarlo a retirar la mirada, como si se tratara de los mismos rayos del Sol. Pero este Templo. Aparecía a los extraños, cuando estaban todavía a cierta distancia, como una montaña nevada; porque, por lo que se refiere a las partes que no estaban cubiertas de oro, eran totalmente blancas…”
Sin embargo aún cuando fuera justificada esa admiración, el Señor Jesús les dice de algún modo y permítanme decirlo de esta manera, ustedes creen que estas piedras y estos edificios por su belleza y majestuosidad serán eternos, están equivocados, porque no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
Esto es, no se maravillen por estos bienes, porque aun los más grandes y fuertes serán destruidos, así que si bien es entendible apreciar la belleza y el esplendor, no debemos permitir que nuestro corazón sea contaminado con sentimientos o deseos equivocados por dichos bienes, porque también la palabra dice que raíz de todos los males es el amor al dinero y que donde está el tesoro de los hombres ahí está su corazón.
La gravedad de tener el corazón puesto en los bienes materiales estriba en que la escritura dice que del corazón mana la vida, por tanto si nuestro corazón está en lo perecedero, pereceremos cuando ya no los poseamos o cuando desaparezcan, en cambio si lo ponemos en lo eterno, así también nuestra vida será eterna.
Porque que mayor tesoro que la salvación y por ende la vida eterna, que mayor tesoro que estar en el cielo con nuestro Dios, que mayor tesoro que estar cara a cara con Jesús nuestro Señor y Salvador, no lo hay, así que entendamos con claridad lo efímero de los bienes materiales y conservemos limpio nuestro corazón de toda codicia.
Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Lo más valioso en el dar.

Hemos hablado en otros artículos de la generosidad, sin embargo el día de hoy quisiera hacer un énfasis especial en la forma de dar, en lo que tiene más valor en el dar; para ello déjeme platicarle que hace unos días hablábamos en una reunión de varones de la importancia de ayudarnos entre nosotros y se planteaba la idea de uno de los hermanos de la Iglesia, Martín, con respecto a la posibilidad de apoyarnos con mano de obra en la construcción de nuestras casas, esto debido a que hay, gracias al Señor, varios hermanos que precisamente se dedican a actividades relacionadas con ese ramo.

Pues bien se sugirió que se llevara a cabo esta actividad los sábados por la tarde, por supuesto previa planeación, y entre otras cosas mencionamos que era de suma importancia que todo aquel que fuera a ayudar dando su tiempo, su conocimiento y su esfuerzo, lo hiciera con amor y de todo corazón, no resultaba tan importante el tiempo ya que para algunos les sería prácticamente imposible asistir muchas horas por su trabajo; lo que sería fundamental y de mayor valor más bien tenía que ver con el hacerlo de buena manera y sin esperar nada a cambio, como bien lo dice el Apóstol Pablo en la carta a los Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;”.

No todo el que da lo hace de la mejor manera, ni tampoco le representa el mismo esfuerzo o sacrificio, analicemos esto:

¿Porqué decir “de la mejor manera”? Hay ocasiones que quien da, lleva un propósito escondido, un fin, o una motivación equivocada, sea por conseguir algo material o por mera conveniencia en cuanto a relaciones, es decir una búsqueda de favores futuros o tener bajo sujeción a quien le da.

También encontramos a quienes dan de buena manera pero no les merece gran esfuerzo, más que el no menos valioso de vencer su avaricia, cosa que ya lleva un buen grado de reconocimiento, pero que todavía puede ser superado.

Hay quienes dan a pesar de que les lleve un sacrificio, pero no en el sentido de que les duela el hecho mismo de dar, sino que dan aún de lo que les hace falta, por ejemplo hay quien solo cuenta con dos camisas y da una de ellas a quien solo tiene una hecha garras, aun cuando recién lo conoce, no da de lo que le sobra, no se trata de vencer su avaricia, ni lleva oculto el recibir algo en adelante, el único motivo es la satisfacción misma de dar, de suplir una necesidad, de ser de bendición para otros.

En el caso que les compartía de la ayuda con mano de obra entre los hermanos, por supuesto que se reconocerá más a quien da cuatro horas que le conllevan el sacrificar su estancia con la familia y su descanso, después de una ardua semana de trabajo de 12 horas diarias, que a no trabajo y da un día entero.

Jesús nos dejó esta tremenda lección a través de la siguiente historia:

Marcos 12:41-44 “41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.”

Esto es que el dar más valioso, es el que representa un sacrificio, el que no se merma aun cuando le lleve una afectación, el que no se ve afectado por pensar en que es poco, sino que se da de todo corazón y sin esperar recompensa alguna.

Y no solo tiene que ver con dinero, si usted como persona cree que tiene muy poco que ofrecer, atrévase a dar eso poco que tiene de la forma correcta y le será reconocido, quizá no por los hombres que puede ser lo menos importante, sino por Dios quien conoce nuestros corazones.

Si usted piensa en que lo que puede ofrecerle a Dios es poco, tenga la certeza que con eso poco Dios sin duda puede hacer grandes cosas.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Evitar la soberbia, el orgullo y el cohecho.

Existen principios generalmente aceptados de moral y conducta, es por ello que determinadas características y acciones sean aborrecidas o rechazadas por la mayoría de las personas, sin duda en este rango se encuentran las hoy mencionadas, es sumamente criticado alguien que es soberbio y orgulloso, pero si además comete cohecho en contra de personas inocentes, definitivamente cae de la gracia de cualquiera.
Sin embargo existen ocasiones en que nos encontramos alentando este tipo de conductas, procuramos elogiar de manera exagerada a ciertas personas con algún nivel de autoridad o puesto de poder, o a quien ha adquirido fama de alguna manera, es más, justificamos ciertas actitudes que indican soberbia y orgullo, precisamente porque se encuentran en esos estatus.
De igual forma nos encontramos de pronto ofreciendo dádivas con tal de que nos aceleren algún trámite o evitar alguna multa, cosa que nos atrevemos a juzgar pero que se nos facilita hacerla cuando somos protagonistas, ni decir cuando somos nosotros quienes reciben dichas dádivas.
No debemos confundir el ser generoso con el promover el cohecho, usted bien puede dar lo que guste o recibir lo que le ofrezcan, sin embargo cuando es conocido que dichos obsequios llevan implícito un soborno por la razón que sea, es necesario rechazarlos.
En la Biblia encontramos que Dios no está de acuerdo con ninguna de estas conductas y acciones:
Marcos 12:38-40 “38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 39  y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.”
De acuerdo a la Real Academia Española, la palabra guardar tiene las siguientes acepciones que nos ayudan a entender lo que Jesús quería decir: 1. impedir, evitar; 2. recelarse y precaverse de un riesgo; 3. poner cuidado en dejar de ejecutar algo que no es conveniente  
Estas tres definiciones nos dejan perfectamente claro que Jesús no estaba de acuerdo con la soberbia, el orgullo y el cohecho, pero si esto fuera poco leamos lo siguiente:
Proverbios 6:16-19 “16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,  Las manos derramadoras de sangre inocente, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.”
La palabra altivez engloba tanto al orgullo como a la soberbia, misma que es aborrecida por Dios, luego entonces si tenemos como propósito el hacer lo agradable a Dios, nos sería necesario dejar de hacer y promover estas conductas.
Pero además si queremos un día estar con Dios, debemos evitar también el cohecho, porque veamos lo que dice en el libro de los Salmos:
Salmos 15:1,5 “1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?… 5 Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.”
No solo se trata de ser agradable y aceptado con y entre los hombres, cosa que puede suceder o no al evitar estas conductas y acciones, lo más importante es que podamos dejar de hacer lo que es aborrecido por Dios y estar dispuestos a recibir su amor, para un día tener el privilegio de morar en su monte santo.
Es evidente que Dios no aborrece a las personas sino a las conductas y acciones, por tanto tenemos la oportunidad de dejar de hacerlas, con la certeza de que Dios nos recibirá con los brazos abiertos si nos arrepentimos de todo ello y nos dará su perdón y una nueva oportunidad de vida, ahora en sus caminos.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Cuidarse de las falsas y astutas adulaciones.

Existe un límite muy fino entre la amabilidad y la falsedad, por supuesto encontramos a personas que son en extremo amables y normalmente es placentero relacionarse con ellas, son educadas y respetuosas, pero sus elogios no son muy constantes y es notoria la sinceridad cuando los hacen.
Sin embargo encontramos personas que no necesariamente nos causan esta impresión, son personas que pareciera solo buscan pretextos para halagar, que hacen mucho aspaviento cuando quieren elogiar a alguien y que en sus rostros y en su tono de voz denotan una expresión de astucia más que de sinceridad; es importantísimo tener la sensibilidad para identificar este tipo de personas, ya que debido a que es muy agradable recibir elogios podemos caer muy fácilmente en sus artificios.
Regularmente estas personas utilizan sus encantos, sus palabras y hasta sus recursos económicos para conseguir algún beneficio, no se detienen aunque lastimen, normalmente son capaces de cualquier cosa por conseguir sus propósitos, actúan siempre con doblez porque han llegado a un grado de codicia incontrolable, estudian a sus posibles víctimas, buscan cuidadosamente sus fortalezas y debilidades, de tal forma que las puedan manipular, no hay comentario que no vaya encaminado a conseguir información que les de armas para un posterior ataque.
Cuando la autoestima es baja o se tienen conflictos personales, se está muy vulnerable ante estas personas, es por ello que debemos cultivar una buena autoestima, aprendiendo a valorarnos como Dios lo hace, usted tendrá las antenitas bien levantadas cuando ha permitido que Cristo entre en su corazón porque sabrá lo que usted significa para Dios y nulificará los ataques de estos enemigos, por supuesto usted estará capacitado para identificar con rapidez las intenciones de este tipo de personas y por tanto reaccionará con sabiduría, veamos un ejemplo vivido por Jesús:
Marcos 12: 13-17 “13 Después los ancianos enviaron a algunos fariseos y partidarios de Herodes para hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado. 14—Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no? 15 ¿Debemos o no pagarlos? Jesús se dio cuenta de su hipocresía y dijo: — ¿Por qué intentan atraparme? Muéstrenme una moneda romana, y les diré. 16 Cuando se la dieron, les preguntó: — ¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda? —Al César —contestaron. 17—Bien—dijo Jesús—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios. Su respuesta los dejó totalmente asombrados.
Pareciera que habían finalmente encontrado una trampa infalible para hacer que Jesús se equivocara en una respuesta, lo hicieron muy cuidadosamente, con astucia le mostraron admiración y respeto intentando marearlo, pero Jesús tenía una ventaja, él conocía lo que había en el corazón de ellos y dio una respuesta tan sabia que se asombraron, una respuesta incluso revolucionaria que trascendería hasta la actualidad, con la cual nos queda más que claro que debemos cumplir con nuestras obligaciones como ciudadanos de esta tierra, pero sin dejar de cuidar nuestro compromiso con la ciudadanía celestial, porque a final de cuentas la autoridad y poder que tiene el estado Dios mismo los concede.
Los fariseos y herodianos usaron de astucia y de falsas adulaciones para intentar meter en un aprieto a Jesús, así es como actúan contra nosotros algunas personas, y solo Jesús nos puede ayudar a revelarnos las intenciones de su corazón, pero no debemos olvidar que en ocasiones son más que obvias, así del Jefe que elogia constantemente a su trabajadora, le da regalos y la invita a comer, regularmente podemos conocer sus intenciones, también de aquella persona que se muestra tan comprensiva ante las quejas de un hijo hacia sus padres y hace comentarios del tipo “lo que pasa es que ellos ya están grandes y por eso no te entienden, pero tienes razón”, motivando una vida de rebeldía que para nada ayuda, muestra evidentemente que hay intenciones ocultas.
Si ponemos atención a ciertas características de estas personas sabremos identificarlas y cuidarnos de ellas, la biblia dice:
Proverbios 7:21-23 “21 Y así lo sedujo con sus dulces palabras y lo engatusó con sus halagos. 22 Él la siguió de inmediato, como un buey que va al matadero. Era como un ciervo que cayó en la trampa, 23 en espera de la flecha que le atravesaría el corazón. Era como un ave que vuela directo a la red, sin saber que le costará la vida.”
Cuidémonos pues de las personas que con falsedad y astucia emplean la adulación, es mejor marcar una distancia antes que caer en sus redes.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: El temor a las consecuencias.

La palabra temerario es definida por la Real Academia Española como excesivamente imprudente arrostrando peligros, son precisamente personas con esta cualidad que no tienen temor o no piensan o no le dan peso suficiente a las consecuencias que pueden tener al arriesgarse en una situación peligrosa.
Es probable que pensemos que solo se trata de personas que realizan cosas en extremo peligrosas como escalar sin protección o cosas similares, lo cierto es que también se trata de exponerse a otro tipo de peligros como los que podríamos decir ya son parte de la vida común.
Recientemente veía una película en la que una chica le mintió a su padre diciéndole que iría a hacer un trabajo de la escuela en casa de una amiga y terminó en uno de esos antros de perdición en el que fue drogada y sus supuestos amigos intentaron abusar de ella en el baño, esto era una película pero por supuesto que ocurre en la vida real, el acto de esta chica no puede calificarse más que como temerario.
Recuerdo que el famoso actor Sylvester Stallone interpretando el papel de Rocky Balboa, le decía a su hijo que el temor era lo que le ayudaba a librarse de los golpes, y eso es algo que sin duda deberíamos adoptar como una característica en nosotros, el temor a las consecuencias; en este caso el temor no evitó que Rocky Balboa boxeara, pero sí que se cuidara de tal manera que evitara los golpes fatales.
En nuestra vida habrá cosas y situaciones que debamos enfrentar aún cuando tengamos miedo y es ese miedo el que nos llevará a hacerlas con el cuidado y las previsiones debidas, pero eso no tiene nada que ver con enfrentar peligros sin ningún beneficio duradero o por placeres pasajeros, porque entonces eso nos convertiría en temerarios, como en el caso de la chica que le mintió a su padre para irse al antro.
En la Biblia encontramos una historia de personas que no temieron a las consecuencias y su final definitivamente no fue bueno:
Marcos 12:1-12 “1 Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña, la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 2 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de éstos del fruto de la viña. 3 Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 4 Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. 5 Volvió a enviar otro, y a éste mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. 6 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 7 Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. 8 Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña.9 ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. 10 ¿Ni aun esta escritura habéis leído: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo; 11 El Señor ha hecho esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.”
Esta parábola es conocida como “los labradores malvados”, estos labradores en ningún momento pensaron en las consecuencias de sus actos, simplemente no estaban dispuestos a pagar por el arrendamiento de la viña, y al final pensaron incluso en quedarse con ella para siempre, con tal de satisfacer su codicia y ambición, fueron capaces de enfrentarse al peligro de la venganza del dueño de la viña, golpeando y matando a sus siervos e incluso a su hijo, lo que es un hecho es que al final las consecuencias llegan, estos labradores serían destruidos por el dueño de la viña.
La mayoría de las veces las consecuencias son de destrucción pero nos negamos a creerlo o a verlas, es el temor a las consecuencias lo que nos ayudará a no arriesgarnos de más, es el temor a Dios lo que nos librará de deshonrarle y ello tendrá como desenlace la salvación que a más de ser una consecuencia, es una recompensa.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Enfrentarse a la verdad.

De las situaciones más incomodas que podemos llegar a experimentar, sin duda ocupa los primeros lugares el hecho de enfrentarse a verdades que no hemos querido ver o aceptar, sobre todo cuando hemos pasado mucho tiempo argumentando lo contrario y tenemos esa necesidad imperante de tener la razón.
Hay ocasiones que el aceptar dichas verdades tendrá consecuencias hasta catastróficas en nuestra vida, como la misma pérdida de credibilidad, autoridad o la vida misma, sin embargo el hecho de no atravesarlas nos deja cautivos y nos limita en nuestro actuar, llegamos al punto de no avanzar debido a que estamos en una jaula con barrotes espinosos y lastimosos de mentiras u omisiones que se vuelven más punzantes conforme nos seguimos negando a la aceptación.
Tal es el caso de quien es falto de compromiso y se lleva la vida negándose a aceptar que es así, hay evidencia clara de que no le gusta comprometerse en nada, ya que es impuntual, irresponsable, desinteresado, etc., pero cuando se le hacen ver dichas faltas, se mantiene en la postura de que no es así, encubriendo esa verdad más que manifiesta en sus acciones y actitudes, de tal manera que su crecimiento se estanca, le es muy difícil aceptar esa verdad, le es muy vergonzoso aceptar su problema, sin embargo al aferrarse en encubrirlo, se encierra entre mentiras que le impiden hacer los cambios o correcciones necesarios que le llevarían a otro nivel en todas las áreas de su vida permitiéndole cumplir sus metas.
Estas personas prefieren culpar y responsabilizar a otros por su falta de crecimiento o por no cumplir los objetivos que se propongan o alguien les exija, fracasan en el trabajo, en sus relaciones personales y por supuesto en su relación con Dios.
Encontramos en las escrituras un ejemplo tremendo de personas que se negaron a aceptar la verdad y enfrentar las consecuencias:
Marcos 11:27-33  “27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? 29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. 30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. 31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. 33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.”
Este grupo de sacerdotes, escribas y ancianos, planearon enredar a Jesús en una situación que diera como resultado inculparlo de alguna falta y poder deshacerse de él, sin embargo Jesús conociendo sus corazones, con toda sabiduría los enfrento a una verdad que sin duda evadirían, estos hombres habían rechazado las enseñanzas de Juan el Bautista, se empeñaban en no dar crédito a lo que era verdad, debido a que tendrían que enfrentar la vergonzosa situación de que ellos estaban equivocados, al grado de que prefirieron responder que no sabían.
El hecho de no aceptar la verdad de que Juan el Bautista era enviado por Dios, llevaba consigo la no aceptación de que Jesús es el Mesías, lo cual los llevo a mantenerse cautivos en sus propias creencias, al grado de llevarlos a cometer hechos terribles entre los cuales por supuesto el más notorio fue el llevar a la cruz a Jesús.
Cuan perjudicial es el no aceptar la verdad, es por ello que si queremos trascender a una vida diferente es preciso que enfrentemos las consecuencias de aceptar la verdad y con ello permitir la liberación que Jesús nos ofrece, no en vano dice:
 Juan 8:31-32 “31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Empeñarse a pesar de los detractores y los obstáculos.

Quien no ha experimentado las terribles acciones de los detractores o enfrentado obstáculos, quizá sea algo de lo que nunca nadie podrá librarse, lo más tremendo es que muchas veces dichas acciones o comentarios provienen de nuestra propia familia, en ocasiones manifestando duda como “la verdad no creo que puedas lograrlo”, “se vale soñar pero no de esa manera”, “porque no lo intentas de otra forma, así quizá lo logres”, o incluso como afirmaciones tales como “No te metas en eso, no puedes hacerlo”, “eso no es para ti”, o en los negocios “pues en otro lugar a lo mejor funcionaría, pero aquí eso no se vende” y qué decir de cuando nos motivan a callar “tu mejor no digas nada porque te puede ir peor”, “no pidas eso porque solo lo dan a otro tipo de personas”.

Es tal la influencia de los detractores que muchas veces terminamos creyendo que están en lo correcto y desistimos de la empresa, pero porque no mejor demostrar que están en un error, el empeñarse es de valientes y fuertes, una de las definiciones de la Real Academia Española es insistir con tesón en algo, y tesón a su vez significa decisión y perseverancia que se ponen en la ejecución de algo, lo cual por supuesto que debe dar buenos resultados.

En el evangelio escrito por Marcos encontramos esta historia:

Marcos 10:46-52 “46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

Bartimeo insistió por supuesto con decisión y perseverancia, los detractores le reprendían y le decían que callase, pero nada lo detuvo, sabía que si lograba que Jesús lo escuchara su vida cambiaría, el tenía la fe puesta en el Salvador, posiblemente sería la única oportunidad que tendría de que estuviera tan cerca de él, por tanto no dejaría que pasara de largo, Jesús lo escuchó, lo mando traer y le concedió su milagro, el empeño de Bartimeo es ejemplar, no solo los detractores lo estaban atacando, además tenía obstáculos en él mismo no contaba con el don precioso de la vista, pero empleo lo que si tenía, su oído porque al escuchar a la muchedumbre pregunto qué ocurría y se enteró de que Jesús se acercaba, su voz de tal forma que gritó y gritó hasta que captó la atención de Jesús, sus manos y piernas porque inmediatamente que Jesús lo llamo tiró su manto, es decir se despojó del estorbo con su manos y rápidamente caminó hacia él.

Por otro lado y algo que no podemos dejar de ver es el agradecimiento de Bartimeo, porque al recobrar la vista no se fue sino que siguió a Jesús.

En otro pasaje del Evangelio escrito por Lucas, encontramos una parábola que nos ilustra justamente que debemos insistir con decisión y perseverancia, esto es, empeñarnos, en este caso orar y no desmayar:

Lucas 18:1-8 “1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”

Es muy claro el consejo de la Palabra, empeñémonos pues en lograr lo que soñamos, en conseguir un milagro, en agradar a Dios, no permitamos que los detractores como comentarios o acciones de las personas que nos rodean o los obstáculos aún cuando estén en nosotros como alguna discapacidad, nos impidan llegar a la meta.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Este refrán popular encierra una enorme sabiduría para quien hace la excepción, particularmente ocurre en las relaciones más cercanas sean de familia o amistades, tenemos frente a nosotros las más claras y terribles evidencias de la verdad y no las queremos ver.
Así encontramos a una persona enamorada, a quien le advierten una y otra vez de la infidelidad de su pareja y aun cuando le ha llegado con la ropa olorosa a perfume ajeno o incluso le ha visto muy cercano a otras personas (incluso besándose), decide creer que solo son rumores y malos entendidos.
De igual manera los padres que dicen que sus hijos no son capaces de hacer ningún mal cuando han sido capaces de mentirles en reiteradas ocasiones o aun de robarles, tienen la evidencia frente a ellos pero prefieren hacerla a un lado con tal de no creer lo que en efecto está ocurriendo.
Pero también encontramos a quien se resiste a ver en sí mismo defectos o falta de control de carácter o actitudes que le causan problemas, pero que insiste en mantenerlos ocultos argumentando que no los tiene, con tal de no cambiarlos o corregirlos.
Quien se atreve a ver la realidad y se acerca a Dios para pedirle ayuda, sin lugar a dudas la obtendrá y sabrá cómo actuar, aun cuando vaya en contra de lo que otras personas crean o piensen, situación que es típica en especial cuando se trata de los hijos, ya que se tiende mucho a solapar sus malas acciones y defenderlos aun cuando sean culpables, en lugar de corregirlos y enseñarles a enfrentar sus responsabilidades.
Es totalmente cierto, no hay peor ciego que el que no quiere ver, nadie lo convencerá, aún cuando escuche la verdad una y otra vez, se quedará con sus propias ideas aun cuando le hagan daño, es importante por tanto examinarse e identificar si estamos en ese supuesto, con tal de cambiarlo, aun cuando ello represente desentrañar terribles verdades, pero es entonces cuando podremos realmente enfrentarlas y esforzarnos por cambiarlas.
Su hijo puede estar consumiendo drogas, quizá a un paso de no poderse liberar de ellas y si usted se mantiene pensando que no es capaz de acercarse siquiera a quien las vende, está corriendo el riesgo de que pierda aun la vida al esclavizarse a esa adicción.
Puede estar a punto de perder su matrimonio por negarse a ver sus problemas de carácter, viviendo encerrado en sus propios conceptos y responsabilizando de la crisis solo a su pareja, le aseguro que cuando el vínculo matrimonial se rompe sale usted más lastimado de lo que se imagina, su vida jamás podrá ser igual.
Puede incluso estar a punto de perder su trabajo o su negocio porque cree que todos a su alrededor son tan leales como usted y se niega a creer que le están saqueando su almacén o su caja, cuando ha visto con toda claridad que ello ocurre, pero se niega a creerlo porque supuestamente son sus amigos y no solo sus trabajadores o compañeros de trabajo.
Son tantas las situaciones que podemos atravesar por no querer creer, ver u oír, que merece la pena dedicar un tiempo a reflexionar en este tema, para ayudarle un poco le contare una historia:
Lucas 18:31-34 “31 Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32 Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 33 Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. 34 Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía.”
Muchas veces me he preguntado, como es que a los discípulos de Jesús les cayó tan de sorpresa su aprehensión y muerte, cómo es que sabiendo lo que iba a hacer no detuvieron a Judas, cómo es que estaban tan desconcertados al momento de la detención que ni siquiera supieron que hacer y solo se dispersaron, ciertamente todo ocurrió para que se cumplieran las escrituras, pero es necesario notar todo ello y digno de ser analizado.
La única explicación que encuentro es precisamente de lo que les he escrito hoy, los discípulos siendo israelitas, estaban tan convencidos de que el Mesías sería un conquistador y un libertador, que simplemente se negaban a entender lo que Jesús les dijo tantas veces y de manera tan clara.
Podríamos decir que esto nos debería dar cierta tranquilidad de que no somos los únicos a los que les pasa, si a los discípulos de Jesús les ocurrió, cuando la verdad se las estaba diciendo el mismísimo Hijo de Dios, pues a nosotros incluso se nos podría disculpar que nos ocurriera.
Sin embargo lo que debemos hacer es tratar sobre manera de ser la excepción, sabiendo de antemano que nos ayudará a mejorar nuestra vida en esta tierra, Jesús no quería que sus discípulos se mantuvieran engañados, es por ello que insistía en hablarles de lo que vendría, lo cual significa que Jesús nos invita a que veamos nuestra realidad y la enfrentemos con su ayuda, hagamos lo necesario y ayudémonos a tomar las decisiones correctas de acuerdo a la verdad revelada por Dios a través de su palabra.
Dios les bendiga.

La preexistencia de Cristo.

Juan 1:1-2

“1 En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 El que es la Palabra existía en el principio con Dios.”


a)   Me gustaría empezar con el versículo 2 que dice: El que es la Palabra existía en el principio con Dios.”, porque aquí es donde Juan hace alusión y aclara lo que quiere decir cuando menciona “Palabra”, se refiere a Cristo, por eso “El que es”, por supuesto no es solo un argumento suyo, sino que el mismo Jesús lo dijo cuando mencionó que Él era “el camino, la verdad y la vida”, la verdad es la Palabra.

Luego entonces Juan nos dice que Cristo ya existía en el principio, es decir cuando se llevó a cabo la creación Él ya estaba allí con Dios.

Ahora veamos con detalle el versículo 1.

b)  “En el principio la Palabra ya existía”. Juan nos dice que la Palabra ya existía, esto es que la Palabra no es una cosa creada sino que ya estaba allí antes de la propia creación como ya lo mencionábamos.

El vocablo griego del cual se traduce Palabra o en otras versiones Verbo, es λόγος lógos, que tiene por supuesto esos significados y otros más como algo dicho, razón, sentencia, pero Juan le da la connotación de Expresión Divina.

Parafraseando diríamos que cuando se llevó a cabo la creación de acuerdo a Génesis 1, la Expresión Divina ya estaba allí, esto es Cristo ya estaba allí.

c)   “La Palabra estaba con Dios”. En el libro de Génesis capítulo 1 versículo 26 menciona “Entonces Dios dijo: Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros.” Dios está hablando en plural, Cristo ya estaba con Él, Juan insiste en proporcionarnos esta verdad fundamental, difícil para nuestras mentes, pero al final totalmente cierta, por tanto Cristo conoce todo desde la creación, sabe por tanto los propósitos del Padre y es Él quien nos lo puede hacer saber de manera más clara, no hay ninguna otra vía.

Una de los grandes conflictos del hombre es precisamente la confusión respecto a su propósito en la tierra, la mejor manera de conocerlo es a través de Jesús, porque solo Él puede conocerlo directamente del Padre, de nuevo las palabras de Jesús son firmes y definitivas nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.”

d)  “y la Palabra era Dios”. Juan está buscando que no quede la menor duda de que Jesús es también Dios, es decir ya existía, estaba al lado de Dios el Padre pero además en sí mismo es Dios, los cristianos creemos en un Dios trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), con una unidad perfecta.

Pero lo maravilloso que nos muestra Juan en este parte del comienzo de su evangelio es que Dios es y siempre fue como Jesús, que nosotros podemos conocer a Dios y su naturaleza a través de conocer a Jesús, quitándonos todo indicio de que Dios pudiera ser severo o vengador o justiciero, más bien debemos verlo amoroso, misericordioso, y lo mejor es que su amor es eterno e inalterable.

En conclusión: Podemos decir que Cristo ha existido siempre desde antes de la creación, por tanto no es parte de ella sino de la eternidad, que al estar con Dios sabe y nos puede decir los propósitos de Él para nosotros de manera clara y por último que al ser Dios conociéndolo a Él podemos conocer al Padre, dejándonos más que entendido su amor eterno e inalterable, borrando todo indicio de Dios como severo, vengador o justiciero.


Aplicación e invitación: La falta de conocimiento de nuestro propósito nos ha llevado a buscar caminos equivocados para descubrirlo, incluso pudimos culpar a Dios por ello, pero hoy tenemos la oportunidad de encontrar ese propósito a través de disponernos a conocer a Jesús, le invitamos a hacerlo, el primer paso es aceptarlo como Señor y Salvador de su vida, por ello en este momento haremos una oración todos, no importa si usted ya la hizo antes, es para acompañar a quienes no lo han realizado aun.

Aprendiendo buenas características: Evita que el orgullo se convierta en una actitud permanente.

Todos sabemos lo que significa la palabra orgullo, de hecho usamos regularmente frases como “me siento orgulloso de…”, “es muy orgulloso”, “no seas orgulloso”, “deja a un lado tu orgullo” y otras tantas parecidas, sin embargo me parece importante que analicemos con detenimiento el significado de esta palabra.
La Real Academia Española lo define como: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas. Pero quiero citar otras definiciones que encontramos en la página de internet http://es.thefreedictionary.com, que son las siguientes:
1.    Exceso de valoración propia por el que uno se cree superior a los demás. Soberbia.
2.   Sentimiento de satisfacción por un comportamiento bueno o por una obra bien hecha: puede decir con orgullo que en toda la carrera no ha suspendido ni un solo examen.
Estas dos definiciones son las que más se acercan a las dos formas en que comúnmente manejamos la palabra orgullo, que podríamos decir una es buena y otra no, una es justificada y la otra indeseable.
En la definición que ofrece la Real Academia Española esa bipolaridad de la palabra la encontramos en el sinónimo arrogancia que es la cualidad de arrogante que significa:
1.   adj. Altanero, soberbio.
2.   adj. Valiente, alentado, brioso.
3.   adj. Gallardo, airoso.
Por tanto podríamos decir que en efecto uno puede permitirse ser orgulloso o arrogante en el buen sentido de las palabras, bajo determinadas circunstancias, teniendo un cuidado especial de que solo se trate de emociones pasajeras, pero de ningún modo debemos mantenerlas de manera permanente, porque se corre el riesgo de que se conviertan en actitudes indeseables y definitivamente desagradables ante el resto de la gente y ante Dios.
Veamos ahora lo que dice la Biblia al respecto:
Proverbios 21:4 “Altivez de ojos, y orgullo de corazón,
 Y pensamiento de impíos, son pecado.”
Proverbios 6:16-17 “16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,”
Proverbios 21:24  “Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso Que obra en la insolencia de su presunción.”

Además veamos un texto en el que las palabras de Jesús nos llevan a entender justamente que no debemos permitir que el orgullo se aloje en nosotros de manera permanente como una actitud arrogante, presuntuosa o altiva, creyéndonos más que otros:

Marcos 10:28-31 “28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. 29 Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.”

Un joven rico había venido para preguntarle a Jesús que hacer para heredar la vida eterna, este joven había cumplido desde su juventud los mandamientos de la ley mosaica, sin embargo Jesús le dijo que le faltaba solamente vender sus bienes y dárselos a los pobres, por lo que se fue triste debido a que tenía muchas riquezas, por tanto Jesús dijo que era muy difícil que quien confíe en las riquezas entre en el reino de los cielos, ante esto Pedro a quien le era difícil quedarse con alguna duda, le lanza a Jesús la pregunta que leímos.

Jesús responde con la sabiduría tan característica en Él, haciéndoles saber de las recompensas que tendrán por haberlo dejado todo por seguirle, pero hace algunas aclaraciones importantes, en primer lugar menciona que se tendrán que cumplir dos cosas, una que sea por causa de Él y la otra que además sea por predicar el evangelio, en segundo lugar menciona que las recompensas vendrán acompañadas de persecuciones, lo cual significa que no será fácil y que requerirá de esfuerzo, de resistencia, de voluntad y de disposición, pero además hace una tercera aclaración y es aquí donde encontramos lo referente al orgullo, menciona que muchos primeros serán postreros y los postreros primeros.

Jesús sabía que al mencionarles las recompensas se corría el riesgo de que se sintieran orgullosos de haber tomado la decisión correcta, de que se sintieran más que otros independientemente de su condición ya que habían sido capaces de abandonarlo todo por ser sus discípulos y muy probablemente que tomaran una actitud de arrogancia, de soberbia, de altivez, de orgullo permanente; después de todo estaban conviviendo con el mismísimo Hijo de Dios y eran sus más allegados, por ello Jesús menciona que no deben dar por hecho que ya ocupan un lugar de importancia, que no depende solo de esa decisión, sino que Dios el Padre tiene la última palabra y por tanto esa última palabra aún no ha sido dicha, por lo que es necesario perseverar hasta el fin para obtener un lugar que será dado por el Padre y no lo definirá solo una decisión correcta.

Así nosotros siguiendo la sabiduría de Jesucristo, debemos de evitar que el orgullo se convierta en una actitud permanente, más bien debemos alimentar una actitud de humildad, no olvidemos los siguientes versículos:
Proverbios 29:23 “La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.”
Proverbios 15:33 “El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.”
Proverbios 22:4 “Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.”

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Cuidarse de no exceder la confianza en las riquezas.

Cuando hablamos de personas que tienen riquezas, generalmente pensamos que nos referimos a quienes son millonarios o al menos con una posición económica alta, por ejemplo quien tiene una casa de dos o tres plantas, con portón eléctrico, auto de modelo reciente y que vive en una zona residencial o reconocida por ser de alto precio.
Sin embargo, habrá personas que no tengan una casa grande ni auto relativamente nuevo o quizá ni tengan auto, pero tienen una cantidad bastante respetable en el banco o bajo el colchón, también nos encontramos a quienes no tienen mucho dinero ni propiedades, pero que optan por proyectar una imagen que da la apariencia de que si tienen mucho dinero, incluso podemos encontrar a personas que aunque no tienen mucho, no lo aparentan en su forma de vestir ni de vivir, pero toman actitudes arrogantes o soberbias aún mayores a las que si tienen, digamos que son de los que piensan que el mundo no los merece y que se sienten por encima de cualquier otra persona y lo poco que tienen lo magnifican.
Hoy quisiera hablar de ese tipo de personas que le dan mucho valor a las riquezas las tengan o no, de tal manera que creen conseguir todo con ellas, que incluso miden el valor del resto de las personas por lo que tienen y no por lo que son, al grado de que confunden precisamente el precio con el valor.
En el comercio efectivamente todo tiene un precio que regularmente va ligado a la calidad, por ejemplo un pantalón se puede conseguir en doscientos pesos o en dos mil pesos, según el material y la marca, sin embargo el valor del pantalón está en la utilidad que brinda es decir sirve para cubrirse, para protegerse de las inclemencias del tiempo y de las afectaciones de insectos entre otras cosas, y dicho valor no cambia por el precio.
Entendido esto del precio y el valor, cuando se nulifica la diferencia entre ellos, generalmente es porque hemos puesto nuestra confianza en las riquezas más que en cualquier otra cosa, no importa si se tienen o no las riquezas, sino que nuestro enfoque de la función de las mismas se ha distorsionado.
El pueblo judío en el tiempo de Jesús y aun años atrás tenía la idea de que la prosperidad estaba ligada a la bondad y justicia de los hombres, lo que significaba que si una persona era buena y justa regularmente tendría mayores riquezas, ellos también tenían una idea distorsionada  de la función de las riquezas, con respecto a esta situación Jesús dio una enseñanza que les pareció muy fuerte y dura aun a sus discípulos, veamos la historia:

Marcos 10:17-27 “17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.”

Ni Dios ni su Hijo Jesucristo están peleados con las riquezas, de hecho Dios nos ofrece una vida abundante y próspera, pero debemos guardar nuestro corazón respecto a la confianza y el amor que le podamos llegar a tener a las riquezas, Dios quiere que lo amemos y lo tengamos en primer lugar, de tal manera que no sobreestimemos el valor de las riquezas porque nos podemos perder por la ambición, y arriesgar lo verdaderamente valioso e importante que es la vida eterna con Él.
Veamos los siguientes textos:

Mateo 6:19-21 “19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

1 Timoteo 6:9-10 “9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10  porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

Proverbios 4:23  “23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”

Basados en esto una de las características que debemos adoptar es el cuidarnos en todo tiempo de no exceder nuestra confianza en las riquezas y mucho menos amarlas, no debemos olvidar que solo somos administradores de lo que Dios nos da cada día, no permitamos que las bendiciones se conviertan en maldiciones por desviar nuestro enfoque.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Responsabilidad y respeto con y para el matrimonio.

Sin duda uno de los deterioros más fuertes que ha sufrido la humanidad es en cuanto a la unión del matrimonio, es decir, la famosa frase “para toda la vida” se ha ido convirtiendo en una vana repetición sin demasiada importancia, lo lamentable es que esto no es nuevo, en cada época han existido diferentes factores que han influido en la desaparición del vínculo matrimonial con relativa facilidad.
Hoy día por ejemplo se escucha decir “casémonos por el régimen de separación de bienes por si acaso no funciona y nos divorciamos, sea más fácil”, en algunos países existe la posibilidad de elaborar acuerdos prenupciales también para facilitar o prever los divorcios y proteger los intereses de los cónyuges adinerados, también se da en gran medida la unión libre bajo el argumento de “no necesitamos una firma, nuestro amor es suficiente” o “probemos un tiempo juntos, para conocernos mejor y si funciona entonces nos casamos”, algo también escuchado es el hecho de que se diga que ya no se cree en el matrimonio, etc.
Ya no se piensa tanto en casarse, ya no se le da mucho valor al hacerlo o al tener que hacerlo, una de las razones por las que un tiempo si se hacía era porque era necesario para tener relaciones sexuales, sin embargo la promiscuidad y el libertinaje a crecido de tal forma que ya no es un requisito casarse, es más, podría considerarse que esperar hasta el matrimonio es un error, por ello el crecimiento del número de adolescentes embarazadas y las enfermedades de transmisión sexual.
Existen grupos que están a favor de las relaciones sexuales prematrimoniales y que las promueven como algo sano y necesario, pero si lo analizamos de manera exhaustiva y tomando en cuenta las consecuencias que han traído a la humanidad no nos queda más que aceptar que se ha estado en un enorme error y que debemos volver a las sendas antiguas establecidas por Dios mismo desde la creación.
La responsabilidad con respecto al matrimonio y el respeto a esta institución tiene y debe prevalecer, veamos lo enseñado por Jesús:
Marcos 10:1-12 “1 Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. 2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. 3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, 11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
En este texto, Jesús hace hincapié en lo que fue al principio, esto es aún antes de la ley mosaica, a lo establecido por Dios en la creación, por tanto el divorcio no representa una opción, es en este punto en el que debemos ser muy responsables con respecto a la unión matrimonial, no solo es decir estoy enamorado y listo, sino el ser consciente de que será para toda la vida, tampoco guiados solo por las pasiones porque eso se acabará tarde o temprano, sino basados en una decisión de amar y permanecer.
La institución matrimonial y el vínculo que se genera (los dos serán una sola carne), merece un respeto inalterable que debemos estar comprometidos a cuidar, en el evangelio de Mateo capítulo 19 versículo 9 dice:
Mateo 19:9Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.”
Aquí Jesús nos está diciendo que la fornicación sin lugar a dudas rompe el vínculo matrimonial y si me permiten entenderlo así, esta ruptura del vínculo puede darse antes o después del matrimonio, antes si se tienen relaciones prematrimoniales aun cuando sea con la persona que se case, la unión no se fortalece sino al contrario se debilita porque el respeto y la confianza se pierden, el novio puede pensar con cuantos más haría lo mismo, la novia puede decir solo para esto me quería y quien sabe cuántas veces lo ha hecho antes, etc., por supuesto la fornicación después de casarse representaría adulterio y sin duda es un golpe que en la mayoría de los casos es fatal para el vínculo matrimonial.
Casarse es una de las experiencias más bellas que se pueden experimentar, el tener un compañero, una compañera (aclaro en las relaciones heterosexuales, porque son las únicas aceptadas y establecidas por Dios) hasta que la muerte los separe, es maravilloso, el libro de Proverbios dice:
Proverbios 18:22 “El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.”
Lo que fortalece enormemente la institución del matrimonio, por lo que me parece que debemos luchar para eliminar los parásitos y las malas influencias que atacan esta institución, y enseñar a nuestros hijos el valor que tiene, quizá nosotros ya nos hemos equivocado y hemos caído en la contribución de la destrucción, pero mientras estemos vivos estamos a tiempo de poner nuestro granito de arena para resarcir el daño, Dios en su infinita misericordia nos ayuda a restaurarlo, pero requiere de nuestra voluntad, esfuerzo y disposición.
Por tanto rescatemos el respeto y fomentemos la responsabilidad hacia el matrimonio es una de las principales maneras que tenemos de transformar a nuestra sociedad tan deteriorada en principios morales y sociales.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Disposición para perder aun lo más preciado por alcanzar la meta.

Primeramente tendríamos que definir qué es lo más preciado para cada uno de nosotros, pero eso es total y absolutamente individual, habrá quien considere como más preciado para sí su propia vida, habrá quien al descartar la vida podría decir que sus ojos o su salud, pero también habrá quien dirá que su familia o sus amistades y no podemos dejar a un lado a quienes dirán que su dinero o algún otro bien material, en fin la apreciación al respecto es sumamente variada.
Por otro lado tendremos que establecer la meta, y en este sentido de igual manera si nosotros preguntáramos como en las solicitudes de empleo ¿cuál es su meta en la vida?, encontraríamos una cantidad impresionante de respuestas diferentes, pero sin duda la meta más valiosa es el poder llegar a estar en el cielo disfrutando de la vida eterna con nuestro creador y por supuesto con Cristo, en lo particular no deseo en lo más mínimo arriesgarme a perder esa posibilidad, porque no quisiera ni siquiera acercarme un poco al sufrimiento que promete el infierno.
Nuestra estancia en la tierra es diminuta cuando hablamos de eternidad por lo que lo que sea que se pueda vivir aquí, resulta insignificante al lado de la vida en el Reino de los Cielos que podemos tener al aceptar a Cristo como nuestro único Señor y Salvador.
Pues bien ya aclarados estos puntos, la pregunta es ¿está usted dispuesto a sacrificar aún lo más preciado para usted en esta tierra con tal de alcanzar la vida eterna?
Les platicaré algo mientras reflexionamos en esta pregunta, el viernes pasado estando en un centro de rehabilitación contra adicciones, les preguntaba a los internos, ¿qué está usted dispuesto a hacer o dar o ceder con tal de dejar la bebida? y les fue muy difícil dar respuestas, lo cierto es que es tanto su deseo por una copa o por un toquecito como ellos le llaman, que aun cuando su vida se ha ido destruyendo por causa de sus adicciones, ven muy difícil sacrificar dicho deseo o incluso alimentan su pensamiento de ideas como que un día serán capaces de controlarse de tal forma que se tomaran una copa y no llegarán a emborracharse, lo cual por supuesto es una enorme mentira, su realidad es que o no vuelven a probar nunca más el alcohol o las drogas o estarán condenados a continuar destruyendo su vida hasta que la muerte los alcance.
Quizá usted no sea un adicto a ninguna sustancia pero puede ser adicto a la fornicación, a el adulterio, a las mentiras, al chisme, a la pornografía, a la glotonería, a mantenerse iracundo, a decir malas palabras, a la ambición al dinero o al dinero mismo, etc., de tal manera que alguna de estas adiciones o pecados ya se hayan vuelto parte de su vida, posiblemente los tiene tan arraigados que el dejarlos represente incluso abandonar sus costumbres y sus amistades o probablemente entrar en conflicto con ellos o su familia.
Es por ello que resulta tan difícil responder cuando se nos pregunta si estamos o no dispuestos a sacrificar eso tan preciado con tal de alcanzar la vida eterna, porque es un hecho real que en nuestra mente tan limitada solo alcanzamos a pensar en la vida que tenemos aquí en la tierra, la cual queremos disfrutar al máximo aunque ello represente caer en excesos y una vida pecaminosa.
La vida eterna solo podremos estar seguros de tenerla si aceptamos a Cristo como único Señor y Salvador de nuestras vidas, lo que conlleva cederle nuestra voluntad y obedecer la suya, teniendo como consecuencia que debemos ser capaces de sacrificar cualquier cosa con tal de obedecerle, sean deseos, sean emociones, sean posesiones, sean sentimientos, sean bienes materiales, o aun nuestra propia vida, teniendo la fe puesta en que llegará el día en que nos reuniremos con él en su Reino.
Es a esto a lo que se refería Jesús cuando dijo (y no en sentido literal sino ilustrando que debemos estar dispuestos a sacrificar aun lo más preciado para cada uno de nosotros):
Marcos 9:43-48 “43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.”
La meta realmente vale la pena y los beneficios los podremos disfrutar aun estando en esta tierra, haga la prueba, esfuércese por obedecer la palabra de Dios y la paz y la tranquilidad que experimentará en el amor de Cristo, no tendrá igual, por lo que nunca más querrá alejarse de Él.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Darle mantenimiento constante a nuestros dones.

Vamos a hablar de los dones, para ello necesitamos tener claro que es un don, la real academia española nos proporciona tres definiciones:
1. Dádiva, presente o regalo.

2. Bien natural o sobrenatural que tiene el cristiano, respecto a Dios, de quien lo recibe.

3. Gracia especial o habilidad para hacer algo.
Podemos decir entonces que un don es un regalo de Dios que puede ser en cualquier área de nuestra vida, sea espiritual, física o emocional y algunos de ellos los tenemos de manera nata y otros los podemos desarrollar cuando se trata de habilidades.
Ahora bien, estos dones especiales necesitan tener su mantenimiento, es decir necesitamos además de usarlos, alimentarlos para que se fortalezcan y permanezcan en el tiempo, de lo contrario pueden entrar en una especie de sueño que evita o limita su efectividad.
Veamos un ejemplo:
Marcos 6:7 “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.”
Marcos 9:17-18 “17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
Marcos 9:28-29 “28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.”
Jesús les había dado un don a sus discípulos que era tener autoridad sobre los espíritus inmundos, un don que opera en el área espiritual por supuesto, esto significa que la forma de darle mantenimiento tendría que ser con alimento en esa misma área, lo que al parecer no estaban haciendo los discípulos.
El don ya se les había dado y no se les retiró, estaba ahí en ellos pero su efectividad estaba mermada, ya habían podido hacerlo antes, es como si se les estuviera acabando la pila y habían olvidado el cargador.
Cuando se enfrentaron a este espíritu mudo, su fe de hecho estaba también mermada, es por ello que Jesús les dice con cierto dejo de desesperación ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar?”, por supuesto su fe así como el don de la autoridad sobre los espíritus inmundos seguían ahí pero necesitaban ser alimentadas.
Cuando le preguntaron a Jesús porque no habían podido echarle fuera, les respondió que porque les hacía falta orar y ayunar, esto es que debían darle mantenimiento a su fe y a su don.
Todos los seres humanos estamos equipados con dones pero es necesario afilar la sierra como dice Stephen R. Covey en el séptimo hábito de la gente altamente efectiva, esto es darles mantenimiento para renovar sus fuerzas.
La mejor forma de ilustrar el afilar la sierra es la historia del leñador que llego decidido a cortar la mayor cantidad de árboles que pudiera, teniendo el primer día un record difícil de batir, pero cada día el número de árboles cortados era menor aunque empezaba la jornada antes que los otros y terminaba más tarde, sorprendido le dijo al capataz que no entendía porque había bajado su productividad si estaba haciendo todo su esfuerzo, de hecho ya no podía más porque había entregado todas sus fuerzas en el ultimo hachazo, y el capataz le pregunto: ¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez? a lo que le leñador respondió: No he tenido tiempo para ello, porque necesitaba seguir cortando árboles.
Es fundamental primeramente descubrir nuestros dones para darles uso de acuerdo a la voluntad de Dios y después de ello alimentarlos para que se mantengan despiertos y fuertes, por otro lado, si deseamos un don que no tenemos, podemos pedirle a Dios que nos lo de y procurar desarrollarlo según el alimento que le sea afín según el área en la que opere.
No nos debe sorprender si de pronto nuestro don tiene la pila baja o nuestra hacha ya no corta, cuando sabemos que olvidamos el cargador, decidimos no conectarlo o no hemos tenido tiempo de darle filo, más bien debemos hacernos el hábito de darle mantenimiento constante para que su efectividad no sea mermada.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Hacer correcciones que permanezcan en el futuro.

Todos los seres humanos necesitamos hacer correcciones, adecuaciones, modificaciones, o como se quiera llamar, en todas las áreas de nuestras vidas, así quien tiene el colesterol elevado, debe modificar su alimentación para mejorar su salud, quien ha cometido algún error en el trabajo debe corregirlo en cuanto lo descubre, quien habla de manera inapropiada siendo rechazado, debería de utilizar las palabras adecuadas para dirigirse a los demás de tal forma que sea aceptado e incluso cuando finalmente acepta que está actuando incorrectamente aun cuando no haya sido rechazado debería usar un vocabulario diferente.

En este sentido hay algo importante de considerar, no podemos ni debemos solo colocar parches en nosotros para salir del paso, para vernos bien al momento o para quedar bien solo con una persona en particular, sino que debemos aceptar que estamos frente a la necesidad de hacer correcciones que permanezcan en el futuro.
Jesús nos enseña esto de muchas maneras, veamos un ejemplo:
Marcos 9:25 “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.”
Este versículo es parte de la historia en la que los discípulos de Jesús no pudieron liberar a este chico del espíritu que lo poseía, pero veamos lo que hizo Jesús, después de identificar el problema (véase Marcos 9:21-22), sabía que necesitaba realizar una acción que era liberar a este muchacho “Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él,”, pero no solo quedo en eso sino que complementó esta acción con una que prevendría que no volviera a ocurrir esto en el futuro “y no entres más en él.”, es decir realizó una corrección de futuro.
Nosotros una vez que identificamos un problema debemos hacer lo mismo, de lo contrario seremos como quien tiene un jarrón de barro y se le rompe un pedacito del fondo y para poder venderlo solo le pega ese pedacito y lo cubre con pintura, posiblemente lo venderá pero cuando el comprador se dé cuenta de que tenía ese parche, regresará y tendrá que resolver el problema como debía hacerlo desde el principio, cambiando ese jarrón, pero muy probablemente su problema será mayor porque quizá su cliente este enojado.
También Jesús enseña lo siguiente:

Marcos 2:21 “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura.”
Lo que nos ayuda a entender que una vez que hemos encontrado un desperfecto, una ruptura, un daño, un error, una omisión, un defecto, un problema, etc., en nosotros, debemos hacer una renovación completa, es decir debemos hacer correcciones que permanezcan en el futuro, que sean duraderas, siendo cambiadas únicamente para mejorar.
Nuestra labor en este sentido es interminable, desde pequeños detalles hasta cambios radicales debemos experimentar en el camino a la perfección, es por ello que no podemos quedarnos quietos, sino mantenernos avanzando de continuo.
Podemos empezar hoy a ponernos más atención y proponernos hacer los cambios debidos, eso en nosotros mismos primeramente, pero no debemos olvidar que en el trabajo, en el negocio, en la familia, las soluciones que demos ante situaciones problemáticas deben ser soluciones que perduren, no solo el parche inmediato, sino la renovación del vestido completo.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Abrirse al mundo de las posibilidades.

El pasaje del cual les voy a hablar hoy, es uno que ya hemos tratado, nos relata la historia de un padre angustiado, desesperado por conseguir ayuda para su hijo, quien se encontraba poseído por un espíritu mudo desde niño, siendo azotado algunas veces en el agua, otras en el fuego, de manera que padecía un gran sufrimiento.
Este padre lleno de esperanzas busco a Jesús, pero no lo encontró porque estaba en el Monte, pero llego ante los discípulos de Él y les pidió ayuda, sin embargo ellos no pudieron hacer nada, sin duda se desanimó, su angustia se convirtió aun más en desesperación, los cercanos de Jesús no habían podido ayudarle. Cuantas veces nos encontramos en momentos así, sea por problemas de salud, económicos, emocionales, vamos y tocamos puertas y no nos abren, o si nos abren es para decirnos que no pueden ayudarnos, incluso las personas de quienes más esperamos apoyo nos dicen esa terrible frase “no puedo”, que al escucharla cimbra nuestros oídos y le agrega un peso más a nuestra situación.
Continuando la historia, mientras los discípulos discutían respecto a la situación de este muchacho, aparece Jesús, entonces el padre desanimado recobra fuerzas y corre con la multitud teniendo un gran asombro que se convirtió en esperanza y cuando el Maestro preguntó de que discutían, este padre con un nuevo aliento le dijo lo que ocurría, trajo a su hijo para que fuera curado y sus discípulos no habían conseguido hacer nada, Jesús entonces con cierta tristeza y desesperación por la falta de efectividad de sus discípulos, decide ayudar al muchacho, le pregunta al padre desde cuando sufre de ello, quien le explica que desde niño y que de una u otra forma trata de matarle, por lo que le pide misericordia diciéndole: pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.”(Marcos 9:22b), es entonces que Jesús dice lo que inyectó más fuerza a su esperanza recobrando la fe:
Marcos 9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
Cuando hemos acudido a todos los que creemos que nos podían ayudar, cuando nuestra esperanza ha desaparecido y nuestra fe esta casi perdida, debemos saber que Jesús está muy cerca de nosotros, que debemos voltear, poner atención y al verlo el asombro que nos causará transformará nuestra situación pero además abrirá un mundo de posibilidades cuando escuchemos su tierna voz decirnos “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
Puede ser nuestra situación la peor desde nuestro limitado punto de vista, pero si nos damos la oportunidad de creer que Jesús está ahí para ayudarnos, si nos damos la oportunidad de creer que Él es el hijo de Dios, de que es el dueño de todo y que tiene también todo el poder y la sabiduría para resolver cualquier situación, sin lugar a dudas nuestra vida será transformada y recibiremos todo lo que necesitemos.
En esta historia el padre recibió la ayuda para su hijo el cual fue liberado del espíritu mudo, nosotros podemos recibir liberación también, salud, sabiduría, recursos económicos, capacidades, firmeza, dominio propio, mayor fe, lo que sea porque la palabra dice todo, siempre y cuando creamos en Jesucristo.
Abrase a ese mundo de posibilidades que Jesús le ofrece, no deje pasar esta oportunidad, Él está tocando a su puerta, no lo piense más ponga la mano en la cerradura y ábrala.

Dios les bendiga.

Aprendiendo buenas características: Tener el deseo de ser limpio cueste lo que cueste.

A lo largo de nuestra vida cometemos muchos errores, actuamos incorrectamente, tomamos malas decisiones, algunas veces ingenuamente, otras con toda intención, unas por ignorancia otras con pleno conocimiento, guiados por los deseos de la carne y/o las debilidades del alma muchas veces nos sumergimos en un abismo que pareciera sin retorno.
Bajo esta condición, se generan en nuestro corazón raíces de amargura, que se desarrollan y dan frutos, algunos de los cuales se mencionan en el libro de Gálatas 5:19-21, que a continuación cito, volviéndonos peores de lo que éramos.
Gálatas 5:19-21 “19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” 
Esto se convierte en una espiral creciente de acciones inapropiadas, inmoralidades y falta de conciencia, sin embargo por la misericordia de Dios tenemos momentos de lucidez, los cuales deberíamos aprovechar para tomarnos de su mano y levantarnos del lodo y la inmundicia.
Pero sentimos que existe un contrapeso en el fondo del abismo que nos impide levantarnos y salir, compuesto por sentimientos de culpa, pensamientos de conmiseración, autoestima inexistente, nos sentimos realmente sucios, inmerecedores de cualquier manifestación de amor o misericordia, parte de la basura en la que hemos vivido, ¿cómo podrá Dios recibirnos cuando hemos hecho tanto mal, cuando lo hemos despreciado vez tras vez, cuando hemos permanecido en el bando contrario, siendo colaboradores del enemigo?
Sin embargo deseamos salir del hoyo y como veredas alternativas tomamos algún programa de rehabilitación, tratamientos psicológicos o psiquiátricos, medicamentos, asistimos a seminarios de autoayuda, leemos libros, etc., todo esto en el mejor de los casos porque en ocasiones ni siquiera voluntad tenemos para hacerlo solos, sino que son nuestras familias las que tratan de hacernos llegar opciones.
Pasa el tiempo y aunque pareciera que algunas veces lo que hacemos funciona, no termina de ser temporal y nuestro tormento vuelve, hasta que finalmente nos convencemos de que aun cuando el camino de Dios no es el más sencillo porque representa cambios radicales en nuestra vida y percepción de las cosas, no hay de otra o es con Él o seguiremos presos de nuestros propios pecados y amarguras hasta que nos alcance la muerte y en la eternidad el juicio condenatorio.
Es por todo esto que debemos desarrollar en nosotros ese deseo de ser limpios cueste lo que cueste y acercarnos a Dios quien es el único que puede hacernos realmente limpios, cualquier esfuerzo humano fracasará en esa purificación plena, el rey David lo sabía cuando escribió el Salmo 51.
Salmos 51:7-10 “7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve. 8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. 9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.”
Pero insisto Dios es el único que puede lograrlo, Jesús en la transfiguración en la cual se presentó a Pedro, Jacobo y Juan, dice la escritura:
Marcos 9:3 “Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos.” 
Es más que claro, es en la presencia de Dios y su gloria, en la cual podemos obtener esa limpieza, dice que sus vestidos eran tan blancos que ningún lavador de la tierra los puede hacer tan blancos, no tenemos porque buscar más, no tenemos porque esforzarnos más en una búsqueda inútil, por supuesto que hay programas de rehabilitación buenos, por supuesto que existen tratamientos médicos y psicológicos buenos, pero si no los complementamos con el rendimiento pleno a nuestro Dios, quien nos ofrece redención a través de su Hijo Jesucristo, no obtendremos la ayuda maravillosa del Espíritu Santo para ser realmente restaurados y transformados, para abandonar las obras de la carne y la naturaleza pecaminosa a través de la vivificación de nuestro espíritu.
Si usted ya tiene ese deseo de ser limpio no cese de buscar a Dios, es solo a través de la confrontación con su palabra que llegaremos a la perfección, no se dé por vencido, ni tampoco se confíe demasiado, porque la misma palabra dice que el que crea estar firme mire que no caiga.
No hay duda que debemos permanecer en la presencia de Dios porque solo así recibiremos la luz de su resplandor, de otra forma la sombra y las tinieblas nos alcanzaran de nuevo.

Dios les bendiga.

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalípsis 3:20